viernes, 12 de febrero de 2016

El Chamico, la planta del amor, "enchamicado" por una guambra.



Existen un sin número de prácticas, “recetas" y brebajes para lograr una conquista y despertar el amor, como si tal sentimiento pareciera naturalizado, consta en la tradición popular desde los "sígueme-sígueme", el "agua de calzón", el "polvo de uñas", etc., para lograr el "amarre" de esa persona. Hoy recordaremos y pondremos también alerta al Chamico, una planta silvestre con la que todos alguna vez nos hemos tropezado.





El chamico es una planta herbácea que crece espontáneamente en la Sierra ecuatoriana y, en general, en el área andina. Pero con igual nombre vulgar hay otras plantas psicoactivas desde México hasta la Patagonia. Se trata de la especie Datura talula; es rica en escopolamina, hioscina, atropina .Y otros.alcaloides: Chamico es palabra de origen quichua y etimológicamente significaría la "enloquecedora". Los alcaloides del chamico actúan sobre el sistema nervioso central y es posible que, efectivamente, produzcan ciertos efectos afrodisíacos, pero con un pequeño exceso de dosis ocasionan una grave intoxicación. 


Hay numerosos mitos y tradiciones en torno a esta planta, pero la mayoría hace referencia al despertar pasiones amorosas, o un loco enamoramiento. Una de las tradiciones quiteñas es la de enchamicar. Cuando la precavida madre descubre un buen partido para su hija, organiza una fiesta a la que invita al candidato, quien es objeto de especiales atenciones de parte de madre e hija, hasta que la experimentada señora pone un poco de chamico en la copa de licor que ofrece al galán y éste queda profundamente enamorado de la joven, doncella o no.


Cuando la gente aprecia que un joven anda perdidamente enamorado de alguna muchacha, dicen: "Le han dado chamico". Si ven una pareja muy juntitos y en arrullos, la gente exclama "qué chamico". A estas tradiciones corresponden ciertas coplas populares como la siguiente: "Que te han dado chamico / no cabe duda / es hechicera / la india trompuda". 

Según un mito, dos muchachas jóvenes suplicaron a una deidad favorita que les diese algo con qué conseguir que un joven del gusto de cada una se enamorase de ella, antes de que los padres tomaran la decisión definitiva. La deidad, compadecida de las muchachas, les dijo que ella misma se convertiría en una planta con la cual las jovencitas podrían obtener el amor de sus efebos; se convirtió en chamico.

El Inca Garcilazo de la Vega, en su obra Comentarios Reales, se refiere a la muerte por intoxicación de don Diego de Rojas, envenenado probablemente con chamico, así: "Muere rabiando, comiéndose las manos a bocados y dando cabezazos por las paredes". También Pedro de Alarcón, compañero del conquistador Pizarra, fue dado a beber el licorafrodisiaco, ofrecido por una guapa india capullarca, y no faltaron tampoco frailes intoxicados durante las primeras épocas de la Colonia, debido a que las doncellas indias, desconociendo que la religión católica prohíbe el connubio a los sacerdotes, les daban fuertes dosis de chamico en busca de su poco accesible amor.   

Ahora que sabes de qué se trata la práctica de "enchamicar", mantente alerta o sospecha si tu amor con aquella persona a la que tanto cuidas, acaso, fue espontáneo o producto de algún brebaje. Uno nunca sabe...


Fuente: Naranjo, Putarco (2012), Mitos, tradiciones y plantas alucinantes, UASB, Quito.

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